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Pascual Sánchez Juan / Director científico de la Fundación CIEN

‘No se atisba a corto plazo poder cronificar el Parkinson o el Alzheimer, pero estamos dando los primeros pasos en esa dirección’

El neurólogo ejerce, desde septiembre del año pasado, como director científico de la Fundación CIEN. Esta nueva etapa de la institución liderada por Sánchez Juan pretende impulsar la investigación de enfermedades como el Parkinson, el ELA o el Alzheimer, desempeño que se ha visto afectado negativamente por la pandemia, aunque confía en que esta a su vez produzca “un efecto secundario positivo que ayude a que se apueste cada vez más por ella”

07-02-2022

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Pregunta.- Se cumplen cerca de cinco meses desde su nombramiento como director científico de la Fundación CIEN, en sustitución de Miguel Calero. ¿Cómo está siendo el trabajo hasta ahora junto al resto de la renovada dirección científica de la fundación?

Respuesta.- Durante estos primeros cuatro meses, mi actividad se ha centrado, fundamentalmente, en conocer a las personas que componen la propia Fundación CIEN y los proyectos que hay en marcha. En este tiempo, he podido apreciar de primera mano el gran potencial científico de esta institución, que atesora datos y muestras muy valiosos que van a ayudar mucho al avance de aspectos cruciales como el desarrollo y validación de nuevos test diagnósticos para la enfermedad de Alzheimer.

P.- La situación sanitaria lleva dos años condicionada por la pandemia. Los mayores han sido y son el colectivo más afectado y, entre ellos, quienes padecen Alzheimer. ¿Ha repercutido negativamente la Covid-19 en la investigación de esta enfermedad?

R.- La Covid-19 ha afectado especialmente a los mayores y, sobre todo, a los pacientes con demencia. Desde el punto de vista de la investigación, también ha repercutido negativamente, retrasando proyectos y complicando estudios que precisan evaluaciones presenciales, como nuestra Cohorte Vallecas. Sin embargo, pienso que la pandemia de Covid-19 también ha puesto de manifiesto en la sociedad el valor de la investigación, y confío que ese efecto secundario positivo ayude a que se apueste cada vez más por ella.

P.- Con la crisis sanitaria también ha surgido una nueva enfermedad: la Covid persistente. Desde su fundación participan en un proyecto europeo para estudiar sus efectos en el cerebro. ¿Qué certidumbres tenemos hasta ahora y cuál ha sido su impacto?

R.- De momento, la información que tenemos es poca, pero es un asunto de gran importancia. Desde la Fundación CIEN participamos en la propuesta de un gran proyecto europeo que busca profundizar en el conocimiento de este síndrome estudiando sus potenciales mecanismos neuropatológicos. En concreto, en nuestro centro estudiaremos si existe relación entre los procesos neurodegenerativos y la inflamación generada por el virus.

P.- Algunos de los proyectos que dicen los expertos que marcarán los próximos años en cuanto al Alzheimer son los estudios de la utilidad clínica de los marcadores genéticos, plasmáticos y los test neurocognitivos en soporte digital. ¿En qué momento estamos?

R.- El diagnóstico precoz de la enfermedad de Alzheimer es uno de los campos de investigación más dinámicos en las enfermedades neurodegenerativas. Se han producido grandes avances en estos dos últimos años gracias a nuevas tecnologías capaces de detectar marcadores de procesos neurodegenerativos en sangre con gran precisión, lo que acerca cada vez la posibilidad de hacer cribados poblacionales. Los test neurocognitivos en soporte digital también son un desarrollo fascinante que van a facilitar la detección y seguimiento de los primeros cambios cognitivos asociados a la neurodegeneración. Por último, los avances en la genética también están siendo muy importantes y cada vez conocemos mejor las rutas metabólicas asociadas al riesgo de estas enfermedades, lo que está ayudando a encontrar nuevas dianas terapéuticas y es previsible que en el futuro sea un componente importante para personalizar tratamientos, como se hace en otras disciplinas como la oncología. La Fundación CIEN, junto con Fundación ACE, ha diseñado un gran proyecto multicéntrico nacional para validar en población española nuevos marcadores de plasma, genéticos y digitales.

P.- ¿Cuáles cree que son las iniciativas más relevantes en torno a la enfermedad del Alzheimer que se están poniendo en marcha tanto a nivel nacional como internacional?

R.- A nivel nacional, me gustaría destacar el Consorcio Español de Genética de Demencias (Degesco), del que la Fundación CIEN es miembro fundador, y que ha conseguido situar a nuestro país en la vanguardia de este tipo de estudios. De hecho, nuestro consorcio ha realizado el mayor estudio de asociación del genoma completo (GWAS) realizado en España. Por otro lado, y a nivel internacional, existen grandes iniciativas como la cohorte ADNI o el UK Biovbank, que han puesto sus valiosos datos a disposición de la comunidad científica dinamizando considerablemente nuestro campo de investigación, y constituyen un gran ejemplo a seguir.

P.- Existen diversas causas y factores ambientales que influyen en el avance de cualquier demencia, pero ¿cuáles podemos vigilar o controlar para frenar un poco la evolución de una enfermedad neurodegenerativa?

R.- Los factores de riesgo modificables con mayor nivel de evidencia científica son la educación, el consumo de tabaco y alcohol, la hipoacusia, la contaminación del aire, la diabetes, la depresión, el aislamiento social, los traumatismos craneales, la hipertensión, el sedentarismo y la obesidad.

P.- En una jornada sobre Alzheimer de Ceafa, se hizo hincapié en la importancia de realizar un diagnóstico temprano. Usted, además, añadió que eso nos permitiría un tratamiento personalizado. ¿Qué papel desempeña la Inteligencia Artificial?

R.- La inteligencia artificial está llamada a jugar un gran papel. Entre otras cosas, y dada la complejidad de la Enfermedad de Alzheimer, se plantea que puede ayudarnos a clasificar a los individuos según perfiles patológicos particulares, lo que ayudará a un tratamiento más optimizado.

P.- El principal proyecto de investigación de la Fundación CIEN es el proyecto Vallecas, cuyo objetivo es precisamente la detección precoz del Alzheimer. De los datos que han podido recabar hasta el momento, ¿qué es lo más relevante que han descubierto?

R.- El proyecto Vallecas tiene una gran riqueza de datos, con evaluaciones casi anuales durante prácticamente diez años, que es excepcional. Esta densidad de muestras y datos nos va a ser de gran utilidad para determinar las trayectorias de los nuevos biomarcadores de la enfermedad de Alzheimer, tanto en individuos sanos como enfermos. Esta información además será clave para ayudarnos a entender la capacidad predictiva de la prueba en población asintomática, como paso previo a plantear cribados poblacionales.

P.- Una problemática de muchas familias es cuando diagnostican un deterioro cognitivo a una persona mayor que vive sola. ¿Cómo podemos valorar el momento en que esa persona necesite ayuda para desenvolverse en el día a día?

R.- Es importante que el paciente mantenga el mayor grado de autonomía el mayor tiempo posible. El límite de esta recomendación siempre está en la seguridad. Cuando la familia tenga dudas de la seguridad del paciente hay que tomar medidas. Siempre se debe buscar el apoyo y consejo de profesionales, pues es una decisión difícil.

P.- Se habla desde hace unos años de la posibilidad de contar con fármacos que, aunque no sean curativos, modifiquen el curso biológico de enfermedades como el ELA, el Parkinson o el Alzheimer. ¿Estamos muy lejos de poder cronificar este tipo de enfermedades?

R.- Por desgracia, no se atisba a corto plazo la posibilidad de poder cronificar estas enfermedades, sin embargo, sí pienso que estamos cerca de dar los primeros pasos en esa dirección y que pronto contaremos con los primeros fármacos modificadores del curso de estas enfermedades neurodegenerativas



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